La estrategia no es nueva en
los negocios, seguramente hace ya varios siglos se aplica, pero es sólo hasta
comienzos de los años sesentas que los académicos y estudiosos de la
administración la consideraron de importancia para alcanzar el éxito
empresarial.
Inicialmente Chandler
propuso un concepto de “estrategia” así: “determinación de objetivos y planes a
largo plazo, acciones a emprender y asignación de los recursos necesarios para
alcanzar lo propuesto“. Como vemos, esta concepción es básica y a la vez muy
completa, además, comprende varios aspectos interesantes como:
- Entra a jugar un papel determinante el concepto del largo plazo, lo cual es aplicado desde entonces y hasta la actualidad, aunque con variaciones.
- Se tiene en cuenta el cómo de la estrategia, no solamente los resultados
- Concibe que para alcanzar metas propuestas es necesario adelantar ciertas acciones y que estas acciones necesiten consumir ciertos recursos para ser adelantadas.
- Envuelve las partes de una estrategia y las convierte en un todo
Este concepto fue tomado y desarrollado por otros
estudiosos quienes propusieron la estrategia como un proceso más que como una
serie de determinaciones fijas. Más adelante, hacia mediados de los setentas
surgió el enfoque de la administración estratégica,
basado en el siguiente principio: el diseño general de una organización puede ser descrito únicamente si el
logro de los “objetivos” se agrega a las “políticas” y a la estrategia como uno
de los factores claves en el proceso de la administración estratégica.(Hofer
y Schendel)
Hofer
y Schendel se enfocaron en los cuatro aspectos más representativos
del concepto: los objetivos (establecimiento), la estrategia (formulación e implantación)
y cambios y logros de la administración (actividades).
A
partir de estos conceptos se moldea la administración estratégica como es
conocida hoy en día.
La
planeación, la estrategia y las políticas
La planeación tiene mucho que
ver con previsión, planear es tratar de anticiparse a situaciones que nos
pueden afectar, positiva o negativamente, por ello se hace necesario al
interior de las organizaciones este tipo de ejercicio, para tratar de anticipar
cambios o sucesos futuros, tratando de enfrentarlos y catalizarlos para bien.
Desafortunadamente, los administradores no son magos o mentalistas que puedan
predecir el futuro con exactitud, lo que sí tienen algunos, afortunadamente, es
que son visionarios que miran más allá que los demás y por ello aciertan en la
proyección del futuro.
Las estrategias son
disposiciones generalizadas de las acciones a tomar para cumplir los objetivos
generales, si no hay objetivos claros y bien definidos seguramente no existirá
una estrategia apropiada para alcanzarlos, además, las estrategias que se
planteen deben contemplar la utilización de unos recursos necesarios para
desarrollar las actividades que desembocarán en los resultados y deben tener en
cuenta cómo se conseguirán dichos recursos y cómo serán aplicados para aumentar
las probabilidades de éxito.
Al lado de la planeación y
la estrategia se encuentran las políticas, que básicamente son lineamientos que
orientan a la administración en la toma de decisiones y por lo general no
requieren de la acción, las políticas, las estrategias y el plan en sí deben
ser una mezcla única que permita lograr buenos resultados.
Planeación
estratégica y tipos de organización
De acuerdo con su actitud
frente a la planeación estratégica se distinguen cuatro tipos de organización:
- Defensoras: organizaciones que tienen un reducido ámbito de mercado para sus productos y en las cuales los directivos de primer nivel son expertos en el área operativa pero no tienden a buscar nuevas oportunidades fuera de su ámbito.
- Exploradoras: organizaciones que continuamente buscan oportunidades de mercado y por lo regular experimentan con potenciales respuestas a las tendencias del ambiente. Generalmente son las creadoras del cambio, pero debido a su excesiva preocupación por las innovaciones en su producto y en el mercado no son completamente eficientes.
- Analizadoras: estas organizaciones operan en dos ámbitos, uno relativamente estable y otro cambiante. En el primero operan de manera rutinaria y eficiente mediante el uso de estructuras y procesos formalizados, y en el segundo los administradores observan muy de cerca a sus competidores para obtener nuevas ideas adoptando las más promisorias.
- Respondientes: organizaciones en las que los administradores frecuentemente se dan cuenta de cómo el cambio y la incertidumbre afectan a los ambientes de su organización, pero no son capaces de responder eficientemente debido a que carecen de una relación consistente entre estructura y estrategia
Encontramos en los dos
extremos a las organizaciones que probablemente nunca alcanzarán el éxito, son
pasivas y no desarrollan el ejercicio de la planeación, en la mitad encontramos
empresas que seguramente tendrán éxito, estudian el entorno, lo enfrentan y
tratan de estar siempre delante de las situaciones futuras.
La administración estratégica
implica tener conciencia del cambio que se presenta en el entorno día a día,
quiere decir no solamente enunciar intenciones sino plantear objetivos medibles
y alcanzables, proponiendo acciones específicas y conociendo las necesidades de
recursos (humanos, físicos, financieros y tecnológicos) para llevar esas
acciones a cabo. Significa además solidez en el trabajo, ya que toda la organización
se moverá en busca de objetivos comunes aplicando unas estrategias también
comunes
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